Tipos de rebozados para pollo

Seguro que estás buscando cómo darles un giro a tus platos para ir más allá de la pechuga de pollo a la plancha, ¿y si apostamos por unos tipos de rebozados diferentes? Y, por supuesto, ¡hechos al horno! Las opciones que te traemos están llenas de sabor, son crujientes y no necesitan aceite para ser una delicia. Toma nota: 

Un rebozado diferente hecho con frutos secos

Además de ser una opción ideal como snack saludable entre horas, podemos triturar nuestros frutos secos favoritos para utilizarlos como rebozado.

Almendras, avellanas, anacardos… ¡incluso pistachos!

Elige tu opción favorita, pasa los trocitos de pollo por huevo batido, cúbrelos de frutos secos y hornea.

Conseguirás un rebozado crujiente, con textura y con mucho sabor. 

Todo el sabor

Si lo que buscas en los diferentes tipos de rebozados es que queden muy sabrosos, utiliza una base de harina –integral, de espelta, garbanzos, etc.– o pan rallado y dale un toque especial con, por ejemplo, queso parmesano y especias como la pimienta, o con sabores más exóticos como el de la mostaza molida con ralladura de limón.

Tal vez prefieras gustos más clásicos, como el del rebozado especiado con hierbas aromáticas de nuestros nuggets barbacoa. ¿Los has probado? Quedan supercrujientes cocinados al horno y traen salsa barbacoa para acompañar.

¡Deliciosos!

Lo quiero más ligero

Si quieres conseguir que tus rebozados para pollo sean más ligeros, puedes probar a hacerlos con harina de arroz porque es un tipo de harina muy fina que resultará en un rebozado ligero y suave.

Y si, además de una opción de rebozado suave y fino, quieres que sea rapidísima, te ayudamos: elige nuestros nuggets. Fáciles de preparar al horno y listos en 10 minutos.  

El secreto está en el marinado

Si quieres darle un toque diferente a tus nuggets, alitas o pechugas de pollo rebozadas, puedes optar por elegir el tipo de rebozado que prefieras –desde harinas y panes rallados hasta cereales o frutos secos– pero marinando el pollo previamente. El marinado es una técnica en la que sumergimos nuestro ingrediente principal –en este caso, pollo– en un líquido aromático antes de cocinarlo, y dejamos reposar varias horas en el frigorífico para que el sabor se impregne.

Cuanto más tiempo lo dejemos, más intenso será este posteriormente. Los marinados admiten multitud de sabores, desde los más exóticos como el curry o la soja, hasta los clásicos con aceite y hierbas provenzales, pasando por los dulces del marinado de miel y los ácidos del limón. Tras el marinado, rebozamos el pollo y horneamos hasta que esté jugoso y crujiente. ¿El resultado? Una experiencia que fusiona texturas y sabores, que no dejará a nadie indiferente.

Y si no tienes tiempo para marinar, ¡déjanos ayudarte! Prueba nuestras alitas estilo americano, ya marinadas y listas para que las disfrutes, con un rebozado crujiente y pimienta picante que le da un sabor espectacular. ¡Ideales para compartir con los tuyos! 

Rebozados enriquecidos con semillas

Puedes optar por rebozar con semillas, aunque puede ser complicado que se adhieran bien a tus piezas de pollo. Por eso, te recomendamos enriquecer tu rebozado base –de tu harina preferida o de pan rallado– con tus semillas favoritas.

No nos extraña que la popularidad de las semillas haya aumentado en los últimos años, ya que son un valor añadido en nuestra dieta. Además, son tan versátiles que quedan bien en platos muy distintos, desde ensaladas hasta rebozados.

Prueba nuestros mini chicken fillets, te sorprenderá el toque que le dan las semillas de sésamo. 

¿Te atreves a dar un giro a tus rebozados para pollo? Esperamos que te encanten nuestras ideas. Y si quieres más inspiración para tus platos, descubre nuestra sección de recetas para cuando te apetezca sacar el chef que llevas dentro. ¡Te esperamos!